Salida alrededor de las 7:30 después de un abundante almuerzo. Me despido de las únicas tres personas con las que he practicado mi lengua de Shakespeare: tres amables torontonianos.
El camino es fácil al comienzo del día, pero las montañas siguen presentes en el paisaje. Estoy en la sierra maestra, es en estas montañas donde estuvieron Raúl Castro y sus acólitos durante semanas antes de derrocar al ex dictador.
Luego paso frente a la Pochera. Me están reparando tres agujeros en otra cámara de aire. Voy a estar listo para lo peor hoy...
A partir de entonces, el camino se convierte en una especie de Saskatchewan, es decir, caminos rectos y campos de maíz.
Finalmente encuentro el mar después de 80 km de ciclismo.
La secuela es bastante inusual, me encuentro con personas en la sala de juegos ubicada a la orilla del mar en un pequeño pueblo llamado "Ceiba Hueca". Aprovecho para divertirme un poco...
Me lo paso bien mientras el sol pega a plomo sobre el asfalto. Retomo el camino y por fin llego a Manzanillo. Trato de encontrar un lugar para dormir, pero es muy difícil. Durante este tiempo se desató una tormenta y esperé con la gente bien abrigada durante más de una hora.
Le doy una bandera canadiense a una niña pequeña para compensarla por haberla asustado con mi máscara unos minutos antes. Conozco a un gato bebé, ¡es adorable!
Finalmente encuentro una habitación para descansar después de 124,56 km. Como en la calle dos perritos calientes excelentes por 30 centavos y un espagueti napolitano por 50 centavos. Intento ir a la lechería, pero hay una cola enorme.
Manzanillo celebra 225 años de existencia. El centro del pueblo es muy bonito.
¡Avanzar! ¡Avanzar! Pedalea... ¡tú puedes hacerlo!
David Beauchesne www.fast123.ca
