Me levanto muy temprano. Voy a mirar las calles de La Habana por última vez. La próxima vez que vayas a Cuba, intenta hacer un pequeño viaje allí. Esta ciudad es realmente increíble.
Me despido de Pépé, mi anfitrión, y me dirijo hacia el ferry situado a 500 metros de mi alojamiento.
Me dirijo a Regla, el ferry cuesta sólo 1 taza (5 céntimos). La travesía dura cinco minutos y me permitió ahorrar varios kilómetros en bicicleta.
El ferry está casi vacío.
Es un día muy frío. Está lloviendo y la temperatura ronda los 16 grados. El tipo de día que normalmente no haría en bicicleta en verano en Quebec. Sí, sí, lo sé, ¡hacía menos treinta en Quebec! ¡No me quejaré! Es el día menos bonito de todo el viaje. La gente usa guantes y gorros. Sin embargo, es inexplicable, me siento muy feliz mientras ando en bicicleta. Los primeros minutos de cada día son maravillosos. Es una sensación de libertad que me invade... Alrededor de las once llego a Guanabo. Hace frío, pero el sol asoma un poco.
Me encuentro con tres quebequenses muy amigables.
Voy a comprar unas aceitunas y 7 arriba.
Me encantan las aceitunas. Me comí todo el contenido del frasco en unos pocos kilómetros. Vuelvo a ver a Elisabeth, la mujer de Nueva Zelanda. Me enteré que ella es maestra de primaria y que actualmente son las vacaciones de verano. Ella es muy impresionante. Estoy asombrado por su perseverancia.
Como un panecillo de jamón y un batido de trigo. ¡¡¡Está delicioso!!! El sabor me recuerda al fondo de un plato de cereal.
Esta bebida se llama “Batido de trigo”
El clima es tan sombrío. Cruzo el número de kilómetros que representan mi año de nacimiento.
Hoy estoy en la carretera llamada Vía Blanca. La construcción de esta vía se inició en 1945 y finalizó en 1959. Conecta La Habana con Varadero. También crucé el puente más alto de Cuba, el Puente Bacunayagua. Este último se eleva a una altura de 112 metros sobre el valle de Yumurí.
Aquí algunos paisajes con la temperatura triste.
Finalmente llego a Matanzas. ¡Hurra! Me acerco a mi destino final. Me quedan unos 50 kilómetros antes de llegar a Varadero. Compro las mejores donas de chocolate del mundo.
Alquilo hermosa habitación en casa colonial construida en 1852. El techo tiene 6 metros de altura.
¡Es tan hermoso! Mi habitación es nueva. Soy el tercero en usarlo. Mi anfitriona se llama Aïda y es muy amable. Le regalo una bandera de Quebec, está muy feliz.
Encuentro muchas cosas en el supermercado local. Veo 123, solo falta el Ayuno.
Compro chocolate de Cuba, cereales de México, leche y Pringles hechos en Estados Unidos. Una verdadera fiesta para esta noche. Esta es la primera vez en 30 días que veo una tienda de comestibles con tantos productos.
Pronto llegaré al país y encontraré la abundancia desproporcionada de productos en las tiendas de comestibles de Quebec. ¡No puedo esperar para comer! Me encuentro con dos belgas amistosos.
Aquí está mi resumen ciclista del día.
Aquí en Cuba durante las vacaciones...
He experimentado muchas deficiencias...
Allá en Canadá...
Sé que no habrá ninguno...
David Beauchesne